Definido según su creador y difusor, Jon Kabat-Zinn, el Mindfulness es la capacidad mental de prestar atención consciente al momento presente, al aquí y ahora, sin juzgamiento y con aceptación. (Kabat-Zinn, 2016).
Según Armstrong, Mindfulness es “saber lo que estas experimentando mientras lo estás experimentando.”
Otra forma de definirlo podría ser: “La capacidad humana universal y básica, que consiste en la posibilidad de ser conscientes de los contenidos de la mente, momento a momento:” (Vicente Simón, 2014)
El mindfulness es un camino de autoconocimiento, de experiencia intrapersonal e interpersonal pacífica, amable, afectiva y directa. Reduce los niveles medibles de estrés personal y grupal, mejora la relación con uno mismo y los demás, más allá del estado de bienestar. Mindfulness es el arte y la ciencia de estar presentes en nuestro propio presente, en el aquí y ahora, sin el componente habitual de divagación de la mente, de dispersión de la misma (lo que en inglés se denomina “mind wandering”).

Existen ya amplias evidencias científicas a favor de la práctica del mindfulness e incluso a favor de su incorporación como estilo de vida. Sin entrar en detalles queremos destacar que la práctica del mismo mejora el estado de bienestar, favorece la neuroplasticidad, disminuye los niveles de hormonas y mediadores pro estrés y pro inflamatorios en el organismo, eleva la capacidad de aceptación, adaptación y empatía con situaciones desagradables evitando las reacciones inadecuadas y violentas, eleva los niveles de sustancias mediadoras que son típicas de los estados de calma, sosiego, amabilidad, comprensión, afecto, mejora la benevolencia, compasión y comunicación con los demás, disminuye la divagación mental, aumenta la concentración, baja los niveles de acción (conductuales) en piloto automático, desciende el porcentaje de rumiación innecesaria de pensamientos negativos, aumenta las áreas cerebrales relacionadas con estas características positivas y deseables.
Se enseña a través de talleres teórico prácticos en donde se aprenden herramientas para reducir el estrés, fortalecer el bienestar psico-emocional y físico, descubrir mejor nuestras emociones y observar cómo nos relacionamos con ellas, mejorar los niveles de autocompasión y las relaciones interpersonales y comunicación con los otros y con nosotros mismos.