¿Hasta donde puedo brindarme y como? Este tema es central en nuestra sociedad, especialmente en la concepción judeo-cristiana de la sociedad latina, que se basa en mecanismos de empatía y misericordia. Ya se que me meto en un tema muy sensible, pero espero transmitir la idea lo mejor posible. La estructura del colectivo de nuestra sociedad, se basa entre otras cosas, en la misericordia. ¿Eso está mal? No claro que no. Pero si vamos a la raíz de la palabra misericordia, viene de el concepto de tener corazón por la miseria humana (cordia, miseri) lo cual deja implícito que la persona que tiene misericordia está en una posición diferente del que sufre miseria o digamos del que sufre sea lo que sea. No es un término muy empático en su etimología. Deja ver una asimetría de posiciones, una persona sufre y la otra (que supuestamente no sufre) se apiada de ella. Es un concepto asimétrico. Entonces cuando practicamos misericordia, lo hacemos desde una posición personal de base no empática, no de iguales que sufrimos. Porque en está vida todos sufrimos, todos pasamos miseria sea está física, emocional, espiritual o de otra índole como la económica, no importa cual sea la carencia, cuando la carencia es extrema eso implica el concepto de miseria. La miseria es una carencia extrema incompatible con la necesidad humana. Eso es miseria. Y puede ocurrir en muchos ámbitos personales y sociales. Vuelvo a la pregunta inicial. ¿Hasta donde puedo brindarme? Hasta donde no sienta dolor emocional en mi interior. Si al brindarme y consustanciarme con el otro en su sufrimiento, siento dolor emocional, entonces debo detenerme y darme a mi mismo autocompasión para recuperarme. Si me duele, me duele por una fatiga en mi empatía con el otro y su sufrimiento. Entré entonces en fatiga de empatía emocional. Eso no es bueno. Eso daña. Por eso la empatía duele. La empatía es sentir y entender como el otro, entiendo lo que le pasa al otro (empatía cognitiva) y siento en mi interior lo que el otro siente (empatía emocional). Pero eso duele y fatiga. Vuelvo otra vez a la segunda parte de la pregunta. ¿Cómo puedo dar? Lo ideal es dar desde la compasión. La compasión es renovadora y no se fatiga. La compasión regenerativa del afecto. Se basa en primero tomar consciencia del sufrimiento proprio y del otro, segundo entender que todos sufrimos en la vida (esto es humanidad compartida) y por último dar amor, afecto y accionar para tratar de aliviar el sufrimiento del otro pero no con misericordia, sino de igual a igual a través de esa humanidad compartida. Existen diferencias incluso en neurobiología y tbm hormonales en la compasión y la empatía. Por eso, cuando queremos ayudar conmovidos por el sufrimiento propio o de los otros, háganoslo desde la compasión que es lo más sano para todos.
Que preciosa distinción Jorge. Fuí al colegio Miscericordia y nunca supe lo de la superioridad, hoy iría al colegio «compasión». Gracias!!!!
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